Sí, Quiero

Sí, Quiero

¿Por qué esta y no otra cualquiera?
Me he repetido esta pregunta varias veces antes de ponerme a escribir. Son casi las doce de la noche, mi hora favorita para desconectar del ajetreo del día y escuchar relajadamente algo de música.
Y hoy he vuelto a poner Standstill, grupo privilegiado en mis cascos a estas horas de la noche.
Así que he decidido hacer la entrada de hoy sobre ellos.
Standstill es un grupo peculiar. Cuando te pones a escuchar un disco por primera vez las reacciones pueden ser variadas (recuerdo que a mí personalmente no es que me gustaran…).
Pero Standstill requiere que les escuches con tiempo, que les dediques un rato de tu vida.
Por que sus discos son verdaderas joyas, auténticas obras de arte, y la evolución en cada uno de ellos es abismal.
Empezaron a cantar en inglés, y acertadamente (desde mi punto de vista) decidieron pasarse al castellano, y ya llevan tres discos.
El primero se llama como ellos (Standstill), el segundo Viva la Guerra y por último Adelante Bonaparte. Concretamente los dos últimos los tengo ya quemados, por que Standstill cuenta historias y sentimientos a través de sus canciones. Por eso recomiendo sin duda que a la hora de escuchar un disco de ellos, sobretodo los dos últimos, lo hagáis de principio a fin.
Así que con este panorama, y queriendo hablar sobre una canción en concreto, la pregunta sigue ahí: ¿por qué esta y no otra cualquiera?
Bien, pues porque Sí, quiero fue la primera canción de la banda liderada por Enric Montefusco que realmente me enganchó y que quisiera escuchar más y dedicarle más tiempo.
La canción dura más de 8 minutos, y una vez me sorprendí viendo que la estuve escuchando durante una hora sin hacer otra cosa. Y eso que la letra, en esencia, es muy simple. Habla (o así interpreto) de un hombre que se levanta, desayuna, se ducha etc. y acude paseando al lugar donde trabaja la mujer a la que ama para comer y pasar un rato con ella.
Sí, es simple, y después de cuatro minutos la primera vez que la escuchas no sabes si continuar haciéndolo.
Pero entonces la canción da un vuelco. Todos los instrumentos se ponen de acuerdo para hipnotizarte, y para acabar de redondearlo escuchas a Montefusco con un chorro de voz preguntando ¿Qué pasa? de tal manera que te dan ganas de contestar.
Desde esa primera vez, desde ese cambio de ritmo inesperado, esa canción me hipnotiza, porque sé que el momento que tanto me gusta va a llegar, y durante cosa de un minuto y medio vibraré con cada nota y sonido.
Párate durante ocho minutos, y escucha.